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La paz en nuestros días
A finales del mes de Enero, como si se hubiera fijado en nuestra memoria por la repetición año tras año, el aire huele a celebración, casi siempre en los patios de las escuelas, de una fiesta referida a la Paz; palabra corta en su forma, pero que encierra lo más deseado de la humanidad.
En la revista Gesto de este bimestre, la escritora Coro Marín nos refiere un cuento anónimo par hablar de la paz. Dice así:
"Había una vez un rey que ofreció un gran premio a aquel que lograra plasmar en un cuadro la paz perfecta.
Una pintura mostraba un paisaje muy tranquilo, con un lago donde se reflejaban unas plácidas montañas. Sobre éstas, un cielo azul con tenues nubes blancas. Todos los que miraron esta pintura pensaron que ésta reflejaba la paz perfecta.
Otra pintura también tenía montañas, pero éstas eran escabrosas. Sobre ellas había un cielo ennegrecido del cual caía un impetuoso aguacero con rayos y truenos. Montaña abajo retumbaba un espumoso torrente de agua. Todo esto no se revelaba para nada pacífico.
Pero cuando el rey observó cuidadosamente, vio tras la cascada un delicado arbusto creciendo en una grieta de la roca. En este arbusto se encontraba un nido. Allí, en medio del rugir de la violenta caída de agua, posado en su nido, descansaba plácidamente un pajarito.
El rey escogió la segunda porque –explicó- "Paz" no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas o sin dolor. Paz significa que, pese a estar en medio de todas esas cosas, permanezcamos calmados dentro de nuestro corazón. Para ser realmente felices es imprescindible tener paz en el corazón.
"LA PAZ ES UN DON DE DIOS Y, AL MISMO TIEMPO, UNA TAREA DE TODOS"
Juan Pablo II
Dibuja una sonrisa en tu cara, extiende tu mano al próximo, al prójimo. Olerá a Paz no sólo en Enero.